No hay nada mejor que compartir una tarde disfrutando con nuestros hijos de un partidillo de fútbol.
Padres, madres y alumnos jugaron con garra, corazón y mucho cariño. ¡Cómo aprenden las mejores estrategias de sus entrenadores porque ganaron a los 10-5! Verles como celebraban sus goles y las caras cuando ganaron al final no tiene precio. El partido acabó con una tanda de penaltis en la que nos turnábamos para lanzar y parar la «pena máxima». ¡Sin duda, una tarde inolvidable!